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martes, 3 de mayo de 2011

Verde que te quiero verde… La espinaca


Espinaca en tu Huerta...  

Según dicen, verde es el color de la esperanza y en el caso de esta verdura por su color y sus propiedades, logra concretar el deseo de sentirnos más fuertes, con mucha más energía y rebosantes de salud. 
 
La espinaca constituye uno de los alimentos anti cancerígenos más destacados, especialmente para el cáncer de pulmón. Es sumamente rico en beta-carotenos y este es precursor de la vitamina A. Es un componente antioxidante que ayuda a la no aparición del cáncer. Bebiendo su jugo se puede aprovechar mucho mejor sus propiedades. 
 
Esta plantita tan noble produce uno de los más potentes antioxidantes “el acido alfa lipóico”. Comiéndola cruda es otra forma de aprovechar mejor sus virtudes, ya que es rica en fibras, vitaminas A, B, C y E, potasio, calcio y fósforo. También es muy rica en hierro, lo que ayuda a combatir la anemia. Por su riqueza en acido oleico, linoleico, y alfa linoleico, es muy útil para el aparato circulatorio.

Debido a la presencia del acido oxálico no resulta muy conveniente ser consumida en grandes cantidades por personas con problemas reumáticos, ya que este ácido se deposita en las articulaciones en forma de cristales, empeorando los síntomas de la enfermedad. Esta consecuencia se puede evitar comiendo las espinacas después de un hervor, y de un segundo enjuague. 
 
Es sumamente importante comer las verduras crudas, ya que además de sus vitaminas estamos incorporando toda la energía lumínica que ellas poseen, o sea estamos ingiriendo todo su aporte. Pero cuando hay alguna contraindicación, por supuesto se puede dar un hervor o cocinarlas al vapor. 
 
Como con cualquiera de las otras verduras, no deja de ser llamativo todos los beneficios que una simple plantita nos puede dar. Y aun mas cuando el cultivo ha sido orgánico, libre de pesticidas y de cualquier efecto adverso. 
 
No hay nada mejor para comenzar el día en primavera y verano que tomar un licuado de espinaca, manzana y banana. Su sabor es muy rico y los llenará de energía. Al igual que comer una buena ensalada de espinaca, acompañada de algunos brotes de brócoli, unas hojitas de rúcula y huevo duro. Y una versión para el invierno, bien calentita, es la famosa tarta de espinaca o una tortilla.
 
Nuestro cuerpo necesita a diario incorporar una cantidad de verduras crudas ya que de esa manera puede producir las encimas necesarias para realizar distintos procesos metabólicos. Y si no las tiene, lamentablemente caemos en lo que llamamos enfermedad. 
 
Aprovechemos cada una de estas bendiciones que la tierra nos da. Disfrutemos de su sabor y deleitémonos con los jugos, licuados, ensaladas y todo lo que podemos realizar. Y como decía una vieja y gran cocinera, "Glup, requete glup". 
 



Importante: es recomendable primero lavar la espinaca, luego sumergirla en un recipiente con agua y vinagre durante una hora. Volverla a enjuagar y después recién usar. Esto nos garantiza la ausencia de cualquier bacteria o parásito que contuvieran las hojas. 
 
…Y sigamos adelante con esta fuente llena de vida “Todos nuestros verdes”...

Monica Paterno 

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